¡Hola Guardianes!
En la entrega de esta semana de la sección “Camino Hacia a
Luz: Experiencias Editoriales” sabréis lo cerca que estuve de publicar el
primer volumen de la saga pero que, como en otras ocasiones, tomé la decisión
de no seguir adelante.
Antes de comentar la experiencia quiero hablaros un poco de
ellos para que os vayáis situando. Grupo Editor RCA se compone de cuatro
editoriales: Formación Alcalá (libros de la salud, social, empresa,
educación…), Alcalá Grupo Editorial (libros de literatura, viajes, narrativa,
literatura árabe, rusa…), Editorial Zumaque (libros de historia y ensayo) y M1C
(cuentos infantiles ilustrados).
Como al resto de
editoriales, les presenté mi propuesta editorial vía correo electrónico, al que
me respondieron diciéndome que estaban interesados en leer la novela completa y
que me llamarían por teléfono para hablar.
Unos días después
recibí una llamada del Departamento Director-Gerencia para hablar sobre lo que
ellos ofrecían y lo que yo estaba buscando. Desde el principio, el trato fue
cordial y cercano, pudiendo mantener una conversación franca y clara. Quedamos
en que enviaría la novela junto con la portada que mi hermano Julio diseñó hace
tiempo (también la hizo Elena, su novia), y volveríamos a hablar tras la
evaluación.
A los pocos días
recibí un correo para decirme que a lo largo de la semana sabría su decisión y,
de paso, me dijeron que felicitara a mi hermano por su trabajo.
Ese mismo viernes
hablé por teléfono con la misma persona con la que había estado comunicándome.
En aquella conversación me dijeron, entre otras cosas, lo que todo el mundo
espera oír de su novela: que les ha gustado y quieren apostar ella. Reconozco
que estuve a punto de gritar un fuerte “¡Sí!” y ponerme a hacer mi baile de la
victoria, pero me contuve, eso lo reservo para el momento después de la firma
del contrato. ;)
Al día siguiente ahí
estaba en mi bandeja de entrada: el contrato. Me pasé la tarde leyéndolo,
releyéndolo y re-releyéndolo. Estudié cada cláusula, hice las anotaciones
oportunas sobre las que quería modificar, pregunté sobre lo que no entendía (gracias
a Daniel Estorach por echarme una mano) y les envié mis anotaciones.
Un día después recibí
su respuesta, siempre con la misma cortesía y buen trato que tuvieron conmigo
desde el principio. Tuvieron la molestia de dedicar su tiempo en leer mis
anotaciones y responder y explicarme cada una de ellas para intentar llegar a
un acuerdo, enviándome de nuevo el contrato con algunas de las modificaciones
que yo había hecho y dejándome la decisión a mí de seguir o no adelante.
Finalmente, una vez
más fui yo la que tomó la decisión de no editar mi novela y, por primera vez,
fue una decisión que me costó mucho tomar.
Supongo que después de
leer esto os estaréis preguntando por qué no firmé aquel contrato y, sin entrar
en detalles, puedo decir que fue por diferencias en un par de cláusulas en la
que ninguna de las dos partes íbamos a ceder. Sin embargo, quiero agradecer
desde aquí el tiempo que me dedicaron, porque no muchas editoriales lo hacen.
Hasta aquí la entrada de hoy. Tenía la confianza de una
editorial dispuesta a apostar por mí y por mi novela; una editorial que se
preocupó por mí y por mis preferencias en todo momento; y quizá mis
inseguridades me hicieron tomar la decisión de desaprovechar la que podría
haber sido la oportunidad de mi vida. Pero como siempre, en estas experiencias
no hay lugar para el arrepentimiento, sino para el aprendizaje.
Espero que os haya gustado y que, poco a poco, no sólo mi
saga llegue al mayor público posible, sino que esta sección ayude a otros a
afrontar los encuentros con las editoriales.
Gracias por seguir aquí.
¡Saludos Guardianes!